Caprichos de Reina, el legado de tres generaciones en la confitería El Esquiador

José Reglero Cuadrado representa la tercera generación de una familia que ha hecho del dulce su santo y seña, bandera de uno de los productos de calidad más conocidos de Zamora, como lo fueron en su día los de la fábrica de Reglero, que perfumaba las calles de la ciudad y los recuerdos de los zamoranos.

Aunque en su Confitería El Esquiador –ubicada en el edificio donde estuvo la fábrica, en la Avenida de Portugal– ha incorporado productos que aprendió a hacer en Suiza, como los erizos o la tarta de chocolate, todo en su establecimiento habla de la historia de una familia que es historia viva de Zamora y del orgullo de continuar con un oficio que comenzaron con mucho sacrificio sus abuelos, que se instalaron en Zamora en 1930.

El mismo nombre y emblema de la tienda, El Esquiador, retoma el diseño que el pintor Daniel Bedate realizara para los “caramelos polares”, que finalmente fue adoptado como logo para todos los productos de la empresa.

Caprichos de Reina

José regresaba hace cinco años y medio a Zamora y decidía montar su propio negocio, sobre todo para recuperar una auténtica joya de la repostería: los Caprichos de Reina, los bombones que inventase su padre hace más de 60 años, que son un referente para los zamoranos y el producto estrella de su confitería.

El secreto de su delicado sabor y textura reside en la fórmula original de José Reglero Méndez y en la utilización exclusiva de ingredientes naturales, sin esencias. Auténtico manjar de dioses, los Caprichos de Reina –flanecillos de sabores cubiertos de una finísima capa de chocolate- son un producto muy delicado, por lo que en verano no se hacen.

Siguiendo el patrón artesanal de su padre, José Reglero invierte prácticamente toda la semana en hacerlos, ya que un día lo dedica a la base, otro día a los flanes, otro a la cubierta… se trata de un proceso tan laborioso que, en el momento de la venta de las pastelerías y de la fábrica, quienes lo adquirieron decidieron no continuar con la producción por el ingente trabajo que supone.

Cinco pesetas

El amor a un oficio que se transmite generación tras generación llevó a José Reglero a recuperarlos con un precioso guiño a la memoria de su padre y del negocio familiar. Así, en 1976, cuando Reglero decide cerrar las cuatro pastelerías que poseía en Zamora para dedicarse solo a la fábrica, vendieron 3.000 docenas de Caprichos de Reina a 5 pesetas cada una, que eran lo que costaban casi medio siglo antes, cuando comenzó su venta.

Por ello, cuando en octubre de 2013 José Reglero inaugura su confitería El Esquiador, quiso vender las primeras 100 docenas de Caprichos a cinco pesetas, en un emotivo gesto. Y es que José tiene muy presente sus orígenes, la lucha de los suyos, una historia familiar que habla de sacrificio, de esfuerzo y de triunfo.

Las torrijas del abuelo

Inmersos ya en la Semana Santa, los productos más demandados en estos días son las tradicionales aceitadas, las almendras garrapiñadas y las torrijas, que se elaboran de forma artesanal con las mismas proporciones que utilizaban sus abuelos, quienes empezaron vendiendo torrijas en Santa Clara, cerca del Casino de Zamora.

El matrimonio, que tuvo cinco hijos, venía desde Moraleja del Vino en burro, con cestos, para vender sus torrijas, para incrementar después la producción con las pastas de Moraleja, que cocían en Olivares y que con el paso del tiempo llegaron a ser un producto conocido en toda España.

Con mucho esfuerzo, el matrimonio se estableció en Zamora en 1930 y abrió su primer obrador con una tienda en la calle de San Pablo. Poco después moría el abuelo Gregorio y su hijo más pequeño, José, empezó a trabajar con 12 años en aquel primer obrador. Nunca imaginaría su padre la empresa que llegarían a levantar sus hijos. Después vendría la apertura de nuevas pastelerías y la fábrica en una familia que no sabía lo que era descansar un domingo. De ahí que en 1976 cerrasen las pastelerías para mantener solo la fábrica, una fábrica de dulces, una fábrica de sueños.

Allí, en los bajos de aquella fábrica (que ahora luce en su escaparate una inmensa foto de la procesión del Silencio, en señal de la mayordomía que cumplirá el próximo Miércoles Santo), continúa José Reglero Cuadrado con su confitería El Esquiador honrando a los suyos y perpetuando el tesoro familiar, sus maravillosos Caprichos de Reina.

En homenaje a su abuelo, José Reglero realizará sus torrijas el próximo Lunes Santo para el programa de La2 de TVE ‘Las rutas de Ambrosio’.

Confitería El Esquiador. Avenida de Portugal, 22

Teléfono 980 049763

GALERÍA. Fotos: Rafael Lorenzo

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