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El santo patrón de los besos, sin el beso de los toresanos

La Colegiata de Toro, custodia del cráneo de San Valentín desde el siglo XVI, expone hoy la reliquia para su pública veneración, pero sin besos. Sólo cincuenta personas podrán acceder al templo en las dos misas programadas durante el día.

Este año será distinto. La festividad de San Valentín en la Colegiata de Toro, donde se custodia el cráneo del patrón de los enamorados desde 1545, se quedará sin el beso de los fieles que anualmente acuden a venerar tan preciada reliquia. Sólo cincuenta personas podrán acceder al interior de La Colegiata (veinticinco en cada una de las dos misas de este domingo) y contemplar de lejos la reliquia, expuesta hoy en lugar de honor con motivo de su festividad.

La reliquia

Son al menos tres los «verdaderos» cráneos de San Valentín que se custodian en el mundo, además de numerosas reliquias con huesos del santo que darían para recomponer todo un santoral. La proliferación de restos es fruto de la fiebre de las reliquias que se desató en la iglesia especialmente a partir del medievo, midiendo incluso la importancia de cada templo por la importancia de las reliquias que poseyera.

La Colegiata de Toro, una de las maravillas del románico de la provincia, custodia desde el siglo XVI el cráneo de San Valentín, patrón de los enamorados, que se da a pública veneración a los fieles cada 14 de febrero.

El santo, obispo romano del siglo III que en plenas persecuciones del emperador Aureliano casaba a los jóvenes cristianos en secreto, dispone además de un altar propio en el templo mayor toresano y es titular de una antigua cofradía que en su día fue una de las más importantes de la ciudad, con Jubileo para sus cofrades.

La reliquia llega a Toro en 1545 y desde entonces permanece expuesta en una caja ovalada de plata. De la devoción popular por el santo en la Ciudad de las Leyes da fe asimismo una talla neoclásica y una tabla de retablo que tiene por motivo su martirio, del siglo XVII.

Paradojas de la vida y de este tiempo de pandemia, los toresanos hoy no podrán besar la reliquia del santo patrón de los besos, aunque siempre quedará el amor.

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