Lasal, la cocina de los grandes en tapas pequeñas

En la Calle de los Herreros (una especie de “milla de oro” de la hostelería zamorana donde prácticamente todos los bajos son bares de tapas, ahora reconvertidos también en locales de copas), Rubén Bécker ha sido capaz de erigir uno de los gastrobares y restaurantes de referencia de Zamora. No es raro encontrar en Lasal a primeros espadas de la comunicación, la gastronomía o la cultura de España sentados a su mesa o departiendo sin prisa en la barra. La visita merece ir sin prisa y dejarse aconsejar.

En el camino, cuando se desciende por la cuesta que conforma tan castiza calle, dejamos atrás la Plaza Mayor de Zamora con el imponente románico de la iglesia de San Juan de Puerta Nueva, el modernismo de sus fachadas, el monumento al Merlú del escultor Antonio Pedrero o el precioso edificio renacentista donde hoy se ubica el cuartelillo de la Policía Municipal.

Nada es casual. A su Nariz de oro, Rubén –que ejerce como cocinero, jefe de sala y sumiller en su propio establecimiento- suma una materia prima de primerísima calidad, los mejores productos de la tierra y una bodega con más de 200 referencias de vino de las principales denominaciones nacionales y extranjeras.

Desde Muelas del Pan -un pequeño pueblo asentado a orillas del embalse de Ricobayo, uno de los tesoros paisajísticos de la provincia- y después de cursar Hostelería en Gijón, Rubén se lanzó a la aventura en Zamora con su primer Lasal, una pequeña tasquita situada prácticamente enfrente de la actual que enseguida logró fidelizar a la clientela, aunque sus dos mesas se quedaban pequeñas para aquellos que visitaban el local.

Su nombre pronto se extendió entre los amantes del buen comer y poco a poco ha ido traspasando las fronteras provinciales. ¿El secreto? El perfecto conocimiento del oficio, su intuición ante los fogones y unos productos de primer nivel: Jamón de bellota, quesos de Zamora de pura leche de oveja o conservas de máxima calidad, alternando  los productos de temporada como alcachofas de Tudela o tomates de la huerta zamorana que se convierten en gloria bendita con apenas unas gotas de aceite de oliva virgen y un puñado de sal; carne de Aliste apenas marcada y pescado rabiosamente fresco, en función de la oferta del día completan la carta del restaurante, cuyos precios por persona oscilan entre los 20 y los 40 euros por persona.

Tanto las tapas como la carta de vinos –cada semana ofrecen hasta 25 referencias- dependen de la temporada y de la inspiración de Rubén, que convierte en un pequeño prodigio todo lo que toca. Los precios de las tapas oscilan entre los 3 y los 5 euros y es habitual que LaSal lance tapas de temporada en las catas y maridajes que organiza habitualmente el establecimiento.

Como “sello de la casa”, hay que probar sus tapas clásicas, como su exquisita pechuga macerada en aceite con salsa de mostaza y encurtidos o su delicioso “mar y montaña”, una tapita de atún en conserva con salsa de pimiento asado, vinagre de Módena y cecina. Ahí “hay que morir”.

Escabechados y ahumados caseros, ensaladas o degustaciones de queso completan la oferta de Lasal, un templo del tapeo donde la más grande cocina se degusta en pequeñas tapas.

‘Lasal’. Calle de los Herreros, 29.

Teléfono: 615 63 23 26

GALERÍA. (Fotos: Rafael Lorenzo)

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