El restaurante La Colegiata incorpora su repostería artesana para llevar o tomar en terraza
Renovarse o morir. Es lo que impone este tiempo de pandemia y es la filosofía de Álvaro, propietario del restaurante bar La Colegiata de Toro, que a su tradicional carta de cocina casera incorpora ahora dulces y una variada gama de repostería.
Hechos en el horno de su cocina; con fórmulas tradicionales sin aditivos, conservantes, ni colorantes; utilizando ingredientes naturales y frescos, los dulces artesanos de La Colegiata convierten su terraza (mientras acceder al interior o la barra continúa prohibido) en un lugar ideal para darse un capricho con un café o bien para llevar a casa y disfrutarlo en el hogar.
En los expositores y en carta, una amplia variedad de dulces artesanos habla del buen hacer de Álvaro y la energía que ha puesto a la hora de renovar su establecimiento: cañas zamoranas, tartas de naranja, de lanzada, de queso o queso curado, tortillas dulces de diversos sabores, berlinas, abisinios, miniabisinios, hojaldres con nata y crema, buñuelos, croissants, milhojas, caracolas …infinidad de tentaciones que endulzan el paladar y la vida en estos tiempos amargos.
De esta forma, el establecimiento aprovecha su privilegiada ubicación frente a La Colegiata de Santa María, una de las joyas del románico zamorano, para disfrutar de su imponente arquitectura a media mañana y a la hora del café, en un intento de expandir el negocio y aprovechar la jornada, ahora que el horario queda restringido con cierre obligatorio a las ocho de la tarde.
Una dulce pausa en el paseo o una dulce tentación para llevar a casa con la garantía de estar recién horneado y de degustar un producto natural, sin procesos industriales.
Una perdición para los golosos y una alegría para quienes decidan endulzarse la vida con la cocina y la repostería de Álvaro, uno de tantos hosteleros que lucha contra la pandemia adaptándose a las circunstancias, ampliando y renovando sus servicios.
Bar- restaurante La Colegiata. Plaza de La Colegiata, Toro
☎️ 980 69 32 17
Quién lo ha escrito:
