Sanabria, uno de enero
Con sus aguas oscuras y gélidas encabritadas por el aire y las cimas de las montañas nevadas, el Lago de Sanabria amanecía a un nuevo año en la mañana de este uno de enero.
Majestuoso, inmenso, indescifrable, con Segunndera y La Cárdena como guardianas perpetuas y Rocas Negras aguardando al otro lado de las aguas, de la vida.
Espejo de soledades, cuna de leyendas, refugio de almas, desde su misterio y su hermosura el Lago de Sanabria daba la bienvenida al nuevo año.
Foto: Rafa Benito
