Siempre esperando
Nos pusieron un tren de velocidad alta en una provincia de tiempos lentos. Esta Zamora que siempre llega con retraso, que vive esperando, apeada en los andenes de la complacencia.
Un tren que pasa a toda prisa y anuncia la prosperidad para una tierra que necesita un milagro como el maná del siglo XXI. El progreso prometido en la España que se vacía.
Tan deprisa. Como ese tren que pasa por el viaducto de Martín Gil, la maravilla de la ingeniería que la mano del hombre elevó sobre las aguas del embalse de Ricobayo, y no se detiene siquiera a contemplar tanta hermosura, tanta vida en medio de la nada, ávido por llegar a ninguna parte.
Foto: Alberto Ramos C.
