Encendida en rojo
Zamora y su piedra se encienden en rojos y naranjas cuando cae el sol y llega la hora del crepúsculo. Su piedra dorada, su eterno Duero, sus cuestas, torres y miradores, su cielo inmenso…todo es fuego con con la penúltima luz.
Y así deja que pase el tiempo, que discurran sin prisa los siglos y permanece en pie esperando la última caricia de la tarde.
Fotos: Carmen Álvarez