La reapertura de Los Pelambres, de nuevo en el aire por un fallo burocrático
🔴 La actividad del merendero más emblemático de Zamora vuelve a quedar en suspenso, como informa el diario digital Zamora24Horas en su edición de este lunes 17 de noviembre.
🔴 El proyecto impulsado por el zamorano Manuel Garrote ‘Sopalajo’ no ha superado finalmente las exigencias del pliego municipal por un error burocrático.
Tras la realización de obras de ampliación y acondicionamiento, la nueva dirección de Los Pelambres, con el zamorano Manuel Garrote ‘Sopalajo’ a la cabeza, había generado una gran expectación en redes sociales -donde presentó con gran ilusión logotipo, imagen corporativa e incluso vajilla- y no ha superado finalmente las exigencias del pliego municipal por un error burocrático.
Así las cosas, el concurso queda de nuevo en el aire, truncando uno de los sueños del joven zamorano, que incluso ha renunciado a su trabajo como publicista en Madrid para regresar a su tierra y apostar por la dirección y gestión de uno de los establecimientos más emblemáticos de Zamora capital.
El propio Manuel Garrote confirma a Hostelería en Zamora que todo parte de un fallo burocrático de su gestoría, que no fue comunicado por el Ayuntamiento al joven empresario en el momento de la apertura de plicas del concurso. Una vez comunicado, se le da un plazo de subsanación, pero la solución aportada por Garrote tampoco cumplía totalmente la exigencia del pliego, sin que finalmente haya podido adjudicarse.
Al concurso se presentaron un total de siete empresarios y aunque el proceso ha quedado en el aire, en principio sería el siguiente en la lista del concurso el adjudicatario del merendero, una joya hostelera a orillas del Duero y con la Catedral y las murallas como telón de fondo.
🔴 Diez años de concesión
El contrato de concesión del merendero de Los Pelambres está previsto por un período de diez años, con posibilidad de prórroga hasta veinte, mientras que el canon anual pactado con el Ayuntamiento asciende a 41.000 euros.
El pliego que regula la concesión del merendero establece unas condiciones especialmente exigentes. Además de asumir la explotación del bar, el adjudicatario debe encargarse del mantenimiento íntegro del edificio, las terrazas y los vestuarios, así como de todos los gastos de suministros, personal e impuestos. También se exige la contratación de un seguro multirriesgo de 180.000 euros y otro de responsabilidad civil de 300.000 euros por víctima, además de mantener el local abierto obligatoriamente del 1 de abril al 30 de septiembre.
La adjudicación se realiza por subasta y parte de un mínimo de 12.342 euros anuales más IVA, requiriéndose además solvencia financiera y experiencia previa en hostelería, bien como empresario o como jefe de negocio. Sería esta última premisa la que no cumplía el zamorano que, si bien procede de una familia hostelera, no ha desarrollado la actividad en los últimos cinco años.
Como explica Manuel Garrote, este escollo intentó salvarse desde la gestoría con quien iba a ser su socio y jefe de cocina del proyecto, quien tampoco cumplía los requisitos por no ser empresario ni jefe. Un error que ha dado al traste, superado lo más difícil, con el sueño de este joven emprendedor zamorano.
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