Barjacoba, un cántico a la vida entre la nieve
El año 2021 ha comenzado con un intenso temporal de nieve que ha vestido blanco a toda la comarca de Sanabria, ofreciendo imágenes de increíble belleza en toda su extensión.
En la subcomarca de As Portelas, en la Alta Sanabria, en la frontera natural que marca la sierra con León y con Galicia, la localidad de Barjacoba (una pedanía de Pías) es un espectáculo con sus casitas tradicionales de piedra y pizarra y su paisaje serrano bajo una espesa capa de nieve y hielo. Al fondo, Peña Trevinca vigila desde las alturas el paso del tiempo y más allá la Galicia eterna y hermana.
Los carámbanos son afilados cristales en las cornisas y las ramas de los árboles y cuesta trabajo abrirse camino en los senderos y vías cubiertas de nieve. Tierras de pastores y pastoreo que en el medievo pertenecieron a los Condes de Benavente y que en el siglo XXI subsisten con el ganado y la micología en los meses del otoño, cuando la sierra de llena de recolectores.
Su estampa bajo la nieve, más allá de la belleza, es un cántico a la supervivencia y a las gentes que conviven en un medio adverso, con carreteras a veces impracticables, deficientes telecomunicaciones y ausencia de servicios básicos en las cercanías. Es la realidad, el día a día de la España Despoblada y Vacía, la cruz de estos pueblos donde a pesar de todo es posible la paz y la magia, el descanso, un refugio a salvo.de la locura del mundo.
Barjacoba es un canto a la vida entre la nieve y destino obligatorio para quienes no conozcan la infinidad de destinos que tiene la tierra sanabresa más allá de su Lago, en sus calles y en las faldas de la montaña. Tierra de lobos y leyendas, con su famoso curro dos lobos (trampa) y el habla bilingüe de sus vecinos, que demuestra que las fronteras sólo son líneas dibujadas en el papel, en el mapa.
Hoy disfrutamos del regalo que se nos ofrece a la vista su contemplación, este duro invierno que deja a la vez imágenes que curan el alma. Es la montaña indómita de Sanabria; nieve, hielo, piedra, aire puro, noche oscura y un cielo rabiosamente azul que modelan desde hace siglos el inalterable espíritu de supervivencia de sus gentes.
Fotos: Luciano Fernández @lutre11
La realidad de unos pueblos con sus vecinos, alejados de las ciudades, mal viviendo el día a día.
Me ha gustado, Ana.