Siempre bajo tu Amparo, Señor
Al amparo de tus ojos, Señor, para que tu mirada asuma nuestra tristeza y contenga nuestras lágrimas. Al amparo de tus manos, Señor, para que nos acaricien el alma y nos protejan con tu abrazo. Al amparo de tu Cruz, Señor, para que comprenda nuestro dolor y nos dé la esperanza de un tiempo mejor. A tu amparo, Señor, con nuestra debilidad, nuestra pena, nuestra aflicción, para que tú nos libres de todo mal, nos consueles con tu presencia, nos redimas con tu sacrificio.
¿Qué puede significar para mí el pequeño sacrificio de quedarme en casa, si con eso ayudo a los demás, ante tu gran sacrificio por todos, también por mí, si para ello tú ofreciste tu vida, tu aliento, tu sangre? «Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor, que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15, 12-13).
Qué pequeño acto de amor el mío, que tan sólo debo estar en mi casa, con mi familia, o quizá solo, pero a resguardo y haciendo cosas que me gustan para pasar el tiempo, incluso, para aprovecharlo. Qué pequeño acto de amor el mío frente a tu acto de amor inmenso, inconmensurable, inefable, que dejaste tu vida en las manos de personas inmisericordes, que te abandonaste al designio de Dios, que rasgaste con un cruel dolor el corazón confiado de tu Madre…
La ciudad de Toro viviría esta noche de Lunes Santo una de sus más sobrias procesiones, la de la bellísima imagen del Cristo del Amparo. Antes, en el interior de la iglesia de La Trinidad, los fieles asistirían al canto del Miserere por la Asociación Musical La Mayor. Todo ello organizado por la Real Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo.
Me duele, nos duele, es cierto, no celebrar la Semana Santa en las calles como acostumbramos, pero hacemos Semana Santa interior, de corazón, de sentimiento cofrade. Rezamos estos días separados físicamente, pero unidos en un mismo espíritu.
No serán los faroles de forja los que iluminen nuestro camino a tu lado esta noche, pero serás tú, Señor, la luz que guíe nuestra oración mientras pedimos tu amparo, confiados en tu amor inagotable.
No será el sonido de la matraca y el bombardino el que oiremos esta noche, pero sentiremos el silencio del recogimiento interior para buscarte, para encontrarte dentro de nuestro corazón, de donde no sales nunca, ni siquiera cuando recorres nuestras calles, aunque no te busquemos siempre en él. Tú nunca nos abandonas. Nos tienes siempre bajo tu amparo, Señor.
📷🖋 Marisol Cámara Ruiz
Imágenes de la procesión del Cristo del Amparo de la noche de Lunes Santo de la Semana Santa de Toro 2019 (Zamora). Real Cofradía del Santísimo Cristo del Amparo.