No lo busquéis en las calles
No miramos al cielo, ni nos preocupa si hará frío o calor, si vendrán frías las noches, lloverá en los días santos o se asentará sin pedir permiso la primavera.
Es Jueves de Pasión y no hay apostada gente en la cuesta de Pizarro ni se escucha el runrún que precede a las procesiones, ni el eco de la plegaria más allá del puente de piedra.
Hasta mi ventana llega el eco de un Miserere que entona un grupo de jóvenes que intenta quitarse el «mono» de Semana Santa mientras pasean por la plaza de los tilos, entonando en voz baja la salmodia de la noche del Jueves Santo.
La ciudad es silencio absoluto a partir de las diez de la noche y el Duero no musita un Vía Crucis al paso del Nazareno, que ya se ha aferrado a la Cruz en la iglesia de San Frontis.
Volverá, volverá a la ciudad. Cruzará el río y subirá la cuesta, aunque nadie lo vea, aunque sea sólo un sueño su rastro nazareno y oro camino de la Catedral.
No lo busquéis este año en las calles. Abridle de par en par las puertas del corazón.
Foto portada: Ana Pedrero
Foto Nazareno: José Luis Cabello