A la caza del hereje
Andan las redes sociales y los dispositivos móviles echando humo con un vídeo que se ha hecho viral, un monólogo sobre la Semana Santa con menos gracia que acierto con el que unos se rasgan las vestiduras y otros piden poco menos que la hoguera. Acompañan el vídeo con una foto del joven con su túnica de la decana de las cofradías de Zamora. Ese, ese es. Crucifícalo.
El vídeo, colgado en redes el Lunes Santo, por algún extraño motivo se ha hecho ahora viral y está provocando un linchamiento del joven en pro del zamoranismo más rancio que no me parece normal.
Existe un problema con el humor, que es la delgada línea que separa eso, el humor, del patinazo. Tocar en Zamora la Semana Santa es tocar muchas y distintas sensibilidades. Y el chaval, que en algún momento tiene gracia, se ha pasado de frenada. Hasta ahí, cada cual es muy libre de pensar lo que quiera.
Lo que no deja de sorprenderme en nuestra tierra es que ande media Zamora indignada a la caza del hereje porque se sienten insultados por una sarta de chistes de peor o mejor gusto.
Pienso ahora en los muchos herejes que han crucificado a esta tierra y la han dejado en cueros desde sus poltronas, abusando de la confianza que le dieron los ciudadanos, tan sagrada; convirtiéndola en su cortijo, dejándola como un erial e impidiéndola crecer, que no deja de maravillarme que la preocupación mayor de la jornada sea un chaval que probablemente a estas horas esté convencido de que a veces es mejor contar tres antes de hablar.
Soy zamorana, soy cofrade, soy creyente, adoro a mi tierra, la amo incluso por encima de mis posibilidades, y hay contenido en ese vídeo que puede incluso superar mi humor y caer en lo ofensivo para el colectivo cofrade de mi ciudad. Pero yo no te voy a lapidar, chaval.
Creo que en Zamora ha habido herejes mucho peores, herejes que han intentado sin éxito politizar la Semana Santa, herejes que han insultado sin chistes a todos los ciudadanos, a toda la provincia, durante años, mientras los zamoranos han tragado carros y carretas diciendo «amen».
Yo que tú, chaval, recapacitaría sobre lo que representa la Semana Santa, ser cofrade, vestir un túnica que muchos zamoranos se han llevado a la tierra como mortaja, participar de un hecho tan grande como mágico, más allá del turismo, más allá de la gastronomía, más allá del postureo, más allá de los tópicos. Te invito a que, si vuelves a vestir el color del Nazareno, lo hagas como un viaje interior. Tú, qué dices que lo has mamado, quizá no sepas aún qué es la Semana Santa.
En cuanto al zamoranismo indignado, aún compartiendo que a veces el humor es muy difícil de digerir y más cuando se toca lo sagrado, me lo haría mirar antes de seguir profiriendo insultos y maldiciones sobre el susodicho. Hay muchos herejes que cazar, muchos herejes que condenar a la hoguera y desterrar de nuestro paisaje. Ay, si los zamoranos que se andan partiendo el pecho reaccionasen igual; ay si nos doliese igual en todo esta tierra. Otro gallo cantaría.
Hablo de herejes de mayor entidad y pecado que un joven instagramer que buscando su momento de gloria se ha encontrado de bruces con un infierno. Las fotos de esos herejes no echan humo en los móviles, pero los conocemos a ojos cerrados. Salen en la tele, salen en la prensa. Les encanta.
Pero a esos herejes, unas veces por miedo, otras por complacencia, los llamamos de usted. Quizá por eso en nuestro pecado haya ido nuestra penitencia
Tan claro como lo tienes, tan hondo como lo sientes….. Esperaba que finalme te mojaras y nos ilustraras con algun nombre de esos «otros herejes». Seguramente no era el momento. Por lo demás tu analisis del encausado» y tus eneñanzas, me parecen un acierto