Zamora es MAGIA
Existe una ciudad que enciende sus piedras cuando cae la noche. Una ciudad que aguarda su pequeña resurrección cuando la Cuaresma avanza hacia la Pasión y la Muerte de Cristo.
Entonces, mi ciudad dormida, callada, abre sus brazos y sus puertas, recupera la alegría. Los hombres y las mujeres aguardan la penitencia y los niños sueñan con los Caballitos, que regresan al Campo de la Verdad para devolvernos la infancia, el tiempo feliz de las vacaciones, el dulce aroma del algodón de azúcar.
El cielo es tangible desde la gran noria que gira como una rueda de la fortuna murallas afuera, frente al románico orgulloso que se alza y permanece.
Ha llegado la primavera y todo se posa, todo florece por fin. Zamora es MAGIA.
Foto: Pedro Barrios Macías
