Los secretos de la Virgen Dormida
🔴 Entre las representaciones iconográficas de María, no es habitual contemplar la Dormición o Muerte de la Virgen en una cama a la espera de ascender a los cielos. En Zamora tiene nombre propio: es la Virgen del Tránsito.
🔴 Realidad y leyenda se unen en la historia de una devoción con más de 400 años de antigüedad que refleja que la Virgen fue realizada por unos ángeles disfrazados de peregrinos.
Entre las representaciones iconográficas de la Virgen María, no es habitual contemplar el momento de la Dormición o muerte de la Virgen en una cama, a la espera de ascender a los cielos. Esta representación, que curiosamente sí es frecuente en el interior de numerosos conventos de clausura de HispanoAmérica, tiene en Zamora nombre propio y muchas de sus mujeres lo llevan desde la pila bautismal: es la Virgen del Tránsito, que duerme su sueño eterno en el Convento de Corpus Christi. La Virgen Dormida de los zamoranos en su palomar, que en contadísimas ocasiones abandona la clausura para ser acompañada en la calle por los zamoranos.
Es el auténtico tesoro de la Comunidad de Clarisas Descalzas que dirige la madre abadesa Mercedes González, que en los últimos días han transformado la iglesia con su precioso doselete azul y no dejan al azar ni un solo detalle para que los zamoranos puedan rezar ante la Virgen expuesta en todo su esplendor. Nada turba su sueño.
Además de su origen y leyenda milagrosa, el interés de la imagen radica en ese tránsito entre la vida y la muerte, ese sueño que une el cielo con la tierra. Atendiendo a motivos exclusivamente eclesiásticos, la promulgación del Dogma dice que la Virgen María, después del curso durante esta vida, fue asunta al cielo en cuerpo y alma, pero no explica si murió o no en realidad. En la Iglesia, caben las dos opciones: hay quienes aseguran que sí fue madre de Jesús y murió como criatura humana que era, pero también existe la corriente de que si la herencia del pecado original era la muerte y la Virgen nace inmaculada, esto no sucedió. Por eso la Virgen de Zamora, más que Muerta, es una dulce y serena Virgen Dormida, esperando el momento de ser ascendida a los cielos.

Los secretos de la Virgen del Tránsito
Las campanas del convento del Tránsito repican con alegría desde primeras horas de esta mañana mientras la mayoría de pueblos de la provincia arden en fiestas en el nombre de la Madre de Dios, la ‘Virgen de Agosto’.
En los últimos días, centenares de devotos y turistas han acudido al convento del Corpus Christi, ubicado frente a la iglesia de La Magdalena, una de las joyas del románico zamorano, en la Rúa de los Notarios, para rezar durante el novenario que llena de vida la zona y para visitar a la Virgen Dormida en su camarín, ubicado en el ábside del templo.
Es, sin duda, uno de los cultos y ritos más concurridos de cuantos se celebran durante el año en la capital zamorana; podría decirse que no hay un solo turista que no se vaya sin asomarse desde la mirilla de la puerta para ver desde la calle a la imagen.
Su rostro dormido y sereno enmarcado en diferentes guirnaldas de flores, su carita como de porcelana, blanca y lisa, sus manos levemente cruzadas sobre el pecho fascinan a los zamoranos y a quienes se detienen a visitarla. Pero el auténtico misterio de la Virgen reside en su milagrosa factura y sus secretos, fielmente reflejados en los libros del archivo del convento, donde una monja los relató minuciosamente y en tiempo real para la posteridad.
Año de 1619
Realidad y milagro conforman la leyenda de la Virgen del Tránsito, que arranca un dos de mayo de 1619 con la aparición de unos peregrinos en el torno del convento que piden hablar con la abadesa, la madre Ana Osorio.
Los peregrinos le trasladan que han venido a Zamora para cumplir su íntimo anhelo de crear una imagen para el convento similar a su querida Virgen Dormida de Gandía, que tanto extrañaba, si bien la propia madre les traslada que la comunidad no dispone de medios para pagar la factura de la imagen.
Como recogen los escritos, a pesar de las reticencias iniciales y el desconocimiento que las monjas clarisas tenían de los forasteros, la comunidad accede a su petición, dejándolos internados en una habitación para que inicien sus trabajos sobre las ocho de la mañana. A cambio, como condición, los peregrinos sólo piden no ser molestados ni interrumpidos mientras realicen la escultura, hasta que no estuviera completamente finalizada.
El reloj avanza hacia las cinco de la tarde cuando las hermanas dejaron de escuchar los ruidos y golpes en la sala que se habían sucedido todo el día, por lo que se dirigieron impacientes al interior, donde ya no encontraron a nadie. Los peregrinos habían desaparecido, habían traspasado aquellos muros, se habían desvanecido. Allí, en la habitación, solo estaba la preciosa imagen de la Virgen Dormida de Zamora.

Cuenta la leyenda que una monja curiosa miró a través de la cerradura y, por ello, los artesanos -que en realidad eran ángeles disfrazados- no pudieron finalizar algunos dedos de la imagen. Este hecho forma parte de la leyenda y creencia popular, puesto que la Virgen posee la factura de todos los dedos de sus pies y manos completos y perfectamente tallados. De hecho, uno de los detalles que más llama la atención en la iconografía de la Virgen del Tránsito es la profusión de anillos que posee en los dedos de sus manos, todos ellos fruto de donaciones de los zamoranos. La Virgen calza además unas sandalias de plata que mañana, 16 de agosto, son dadas a besar, finalizando así los cultos del año.

Cuatro siglos de devoción
El convento celebraba en 2019 el cuarto centenario de la milagrosa aparición de la Virgen, que desde aquel lejano inicio del siglo XVII ha gozado de una de las principales y más fuertes devociones en la ciudad que se mantiene intacta.
El secreto de cómo unos peregrinos realizan la talla de la Virgen Tránsito en apenas unas horas, tal y como recogen los archivos, será siempre un misterio indescifrable, uno de los secretos de la Virgen.
Pero el auténtico milagro va más allá, se extiende hasta nuestros días, y reside en la devoción, el fervor y cariño que desde hace más de cuatrocientos años le profesan los zamoranos a la Virgen en ese momento dulce y solemne, el tránsito entre la vida y la muerte, la tierra y el cielo, la espera de la ascensión.
Esa es en realidad la celebración, la fiesta, la emoción, la alegría, el gran vínculo que une cada año a las hermanas Clarisas del Corpus Christi con la ciudad de Zamora y con sus visitantes, que nunca faltan a su cita con la hermosa Virgen Dormida, que siempre rezan a sus pies y vigilan su sueño. Es la Virgen que sueña con Zamora.
Feliz día del Tránsito a todos.
📸 CUARTO CENTENARIO Fotos: Ana Pedrero










🔴📸 FOTOS CAMARÍN y PREPARATIVOS (Fotos Comunidad Clarisas)













🔴📸 SALIDA EXTRAORDINARIA JMJ (Fotos: Alberto García Soto)



Realidad y leyendas hechas palabras y fotografías.
Gracias Ana.
Abrazo desde México 🇲🇽 de una Zamorana que extraña su tierra y sus gentes.
Rosa Requejo.