Museo de Pagos del Rey, el hermoso cofre de la historia del vino de Toro
El amor por el mundo del vino y su cultura y una inversión superior a los dos millones de euros del grupo Félix Solís transformaban hace seis años una vieja cooperativa vinícola en el Museo del Vino de Morales de Toro, una de las joyas de la corona para conocer su pasado y asomarse a su futuro.
Visitar sus dependencias es realizar un recorrido por la Historia de la viticultura, motor económico de la comarca de Toro y dedicación milenaria de sus gentes desde la época romana.
La transformación del inmueble pasó por la restauración de la cubierta de la antigua cooperativa, con un singular sistema de tensores, así como por la conservación de los 28 depósitos de fermentación de hormigón. Precisamente alguno de ellos el visitante puede vivir desde dentro, gracias a la magia de un audiovisual, el proceso de fermentación y vinificación desde que la uva entra en la bodega.
El Museo
Rodeado por un espacio expositivo con jardines de 2.000 metros cuadrados con objetos de gran formato relacionados con la viticultura (prensas o medios de transporte, desde los tradicionales carros de vendimia hasta camiones), el Museo del Vino se ha convertido en un punto de obligada visita para los amantes del vino y para quienes quieran conocer un poco mejor la Historia de Toro y de su Alfoz.
Ubicado en Morales de Toro, el museo está dirigido en la actualidad por Roberto Castaño, quien ha aportado aires nuevos en su programación para abrirlo a todo tipo de públicos y actividades.
Con 250 metros cuadrados de superficie, la planta baja del Museo es una inmensa exposición dedicada a la historia del vino, desde su origen en Oriente Próximo a su llegada a la Península Ibérica. Mediante audiovisuales y paneles interactivos, los visitantes también pueden localizar la situación geográfica de los vinos de Castilla y León, siguiendo el curso del río Duero, que baña diversos viñedos desde su nacimiento hasta su desembocadura en Oporto. Es el Duero que riega la famosa tinta de Toro, tempranillo, de color fuerte y sabor intenso que viste de gala cualquier copa.
Historia
En la planta superior, de 300 metros cuadrados, el Museo muestra la historia de los vinos zamoranos y en especial la evolución del vino de la Denominación de Origen Toro. Historia y leyenda desde la época romana hasta el Descubrimiento, cuando se convierte en el primer vino en llegar a América y aguantar la dura travesía en las bodegas de las naves de Colón, pasando por la figura de Fray Diego de Deza o su presencia en las artes como la música o la literatura.
Una serie de vitrinas, mesas de luz y otros soportes, así como aperos de vendimia o tinajas completan con detalle la singularidad del vino de Toro, ese famoso vino de Toro que inmortalizó la zarzuela «El cantar del Arriero«.
A la superficie dedicada a la exposición permanente, en la que destaca la belleza de las cubiertas y la limpieza de espacios de la antigua cooperativa vinícola, hay que añadir con espacio polivalente de 100 metros cuadrados. Este área está dedicada a proyecciones, así como a catas y atividades de formación relacionadas con la cultura del vino.
Bodega
Uno de los espacios mágicos por excelencia del Museo, quizás el más bello, es su sala de barricas, una nave de crianza donde reposa el vino en más de dos mil barricas de roble, donde se siente la paz, el silencio y los aromas que desprende una bodega.
La sala de barricas se ha convertido asimismo en lugar habitual de conciertos y de los distintos ciclos musicales de verano o flamencos que organiza el establecimiento.
Tienda
La visita al Museo del Vino concluye en una preciosa tienda en la que el visitante puede encontrar todos los vinos del grupo, tanto los de la D.O Toro como de otras zonas vinícolas donde Pagos del Rey posee bodegas como Rioja, Ribera de Duero, Rueda o Albariño, entre otras.
En la tienda además se ofrecen otro tipo de productos gourmet y de calidad de la tierra.