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El Magosto, la fiesta en que vivos y muertos comen castañas asadas junto al fuego

De origen celta y muy extendida por todo el país, la celebración goza de distintas variantes y tiene gran tradición en Galicia, Cantabria, Asturias, León, Zamora, Salamanca, y Cáceres, entre otras, además de Portugal.

Entre la noche del 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, y la festividad de San Martín de Tours,  11 de noviembre, numerosos pueblos celebran por toda la geografía el magosto -llamado también magostu, magüestu o amagüestu, o incluso calbote o calbotá-, una fiesta tradicional en la que vivos y muertos celebran la recolección de castañas, al igual que se celebra la vendimia cuando finaliza la campaña de la uva.


El magosto es una tradición de origen medieval y cristiano, que a su vez procede del Samhain que celebraban los pueblos celtas. El Samhain, el “final del verano” ha dado lugar también a la festividad sajona de Halloween, y fue absorbido por los romanos, que lo pasaron al cristianismo. Desde aquello, el cristianismo celebra la festividad de Todos los Santos, coincidiendo con el inicio del calendario celta. Esta celebración se realiza bajo otros nombres pero con el mismo ritual en otros lugares de Europa.

La fiesta goza de especial raigambre en algunas regiones y provincias del norte como Galicia, Cantabria, Asturias, León, Zamora (Sanabria, Aliste), Salamanca, y Cáceres (Las Hurdes), así como Canarias (Los Finaos). 
Aunque su etimología se desconoce, se llama magosto a la hoguera preparada para asar las castañas en torno a la cual se reúnen los vecinos para compartirlas y beber vino nuevo, sidra y orujo recién destilado.

La fiesta es también muy popular en Portugal, donde se la denomina magusto. La creencia popular apunta a que el fuego calienta a las ánimas que en esa noche se juntan con sus seres queridos.

Castaña y fuego

Con dos elementos principales, la castaña y el fuego, el magosto es una fiesta de raigambre céltica que marca el paso del verano a los meses oscuros y fríos y está profundamente relacionada con el culto a los muertos. Así, es habitual dejar el fuego de la casa encendido y alimentos para que los espíritus de los difuntos de la familia regresen a sus hogares durante esta noche a calentarse.

También se celebran en torno al magosto numerosos rituales tradicionales para purificarse, curarse, recordar a los antepasados, asistir a misa o visitar al curandero local.


Base de la alimentación

Los seres humanos se alimentaron desde el Paleolítico de castañas y bellotas y con la expansión de su cultivo por los romanos, su fruto se convirtió en la base de la alimentación de la población, bien fresco, seco o molido para hacer harina. Desde finales del siglo XVIII la generalización del maíz y la patata, importadas de América, hizo que la castaña perdiese su protagonismo en la alimentación campesina.

En cuanto a su etimología, hay varias teorías sobre el origen del término magosto: Magnus Ustus (gran fuego) o Magum Ustum (resaltando el carácter mágico del fuego).

La fiesta


Desde la vigilia del 1 de noviembre (Todos los Santos) en el magosto no faltan las castañas asadas en el fuego, el vino o la sidra nueva y los chorizos.

Dice la tradición que la costumbre de ingerir estos alimentos altamente energéticos se debe a que durante la noche del Todos los Santos se tocaba a muertos sin cesar hasta el amanecer. Amigos y parientes ayudaban a los campaneros a realizar esta tarea, y todos juntos consumían estos alimentos para no desfallecer.

La fiesta consiste en realizar una hoguera y, una vez hechas las brasas, colocar sobre ellas un cilindro metálico con agujeros en su base donde se extienden las castañas a las que previamente se les ha realizado un corte para que no exploten. Además es común tiznarse la cara y el cuerpo con los restos de la hoguera y saltar las hogueras (se dice que trae suerte, pero también como vestigio de algún ‘reto’ de valentía) así como realizar diferentes juegos tradicionales, contar cuentos, cantar canciones populares y gastar bromas.

Existen numerosas variantes en todos los lugares donde hay castañas, donde se pueden asar con miel o cocidas con leche, acompañadas de frutas y dulces de temporada como boniatos, higos, nueces, bellotas, granadas, castaña confitada, dulce de membrillo, pastel de calabaza, huesos de santo y panellets y, a veces, de bebidas como la sidra dulce.

Como nota curiosa, en muchos pueblos los niños salen a pedir estos productos de casa en casa, como se hace en la fiesta de Halloween, también de origen celta.

Sanabria

En Sanabria, comarca de la provincia de Zamora, tierra de magia y leyendas, el magosto es una de las celebraciones más populares. Los sanabreses se reúnen ya entrada la temporada otoñal y recogen la castaña en reuniones familiares el día de Todos los Santos, durante las cuales este fruto se come asado con miel o cocido con leche. También es típico añadir la castaña al arroz con leche. Estas fiestas en las que vivos y muertos se da  la mano suelen ser acompañadas con jotas, corridos y agarrados acompañados con los sonidos de la gaita de fole, el tambor y el pandero.

No es muy distinta del amagüestu (magüestu, magostu o amagostu) asturiano, con la variante del acompañamiento de las castañas con sidra dulce. En la vigilia de Todos los Santos se celebra el magüestu de Difuntos, en el que las familias asan las castañas alrededor de una hoguera. Al finalizar, tiran las castañas que sobran al suelo diciendo: «¡Esto ye pa que xinten los difuntos!» («¡Esto es para que coman los difuntos!»).

En Cantabria la fiesta se llama Magosta y se celebra acompañada de una Romería Montañesa, vinos y bailes. Gaztainerre o gaztañarre es el nombre que recibe en el País Vasco, mientras en Cataluña y Aragón la Castanyada se acompaña de panellets, boniatos y fruta confitada, con el moscatel como bebida típica.


En diversas poblaciones de Extremadura, la celebración de la ‘Chaquetía‘ recibe el nombre de día de las castañas. En lugares del norte Extremadura recibe también los nombres de chiquitía, calvochá, calbotes o magosto, donde los niños también  piden el aguinaldo de sus familiares o vecinos para atender los toques en los campanarios el día 2 de noviembre, Día de los difuntos.

Calbote o calbotá


Además, Calbote es el término con el que se designa en algunas zonas de las provincias de Zamora, Ávila, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Toledo a la castaña asada y la celebración de esta fiesta.

En la zona castellano-leonesa del Valle del Tiétar, a esta tradición se la conoce con el nombre de calbotá, y en algunas localidades, como moragá y goza de gran tradición desde tiempos inmemoriales.

Canarias:  Los Finaos


La Fiesta, Noche o Velada de Los Finaos, es una celebración popular canaria que se celebra el 31 de Octubre. Los Finaos, son los difuntos, los que han llegado a su fin, a los que se recuerda y rinde homenaje en este día.

Antiguamente se reunían familiares, amigos y vecinos, y se velaba toda la noche contando anécdotas de los finaos, haciendo cuentos y chascarrillos. Para combatir el frío de la noche, se bebía vino, anís y ronmiel, mientras se comían frutos de la época, castañas, nueces y dulces típicos.

Con el paso del tiempo, fue cobrando un carácter más lúdico y todo el pueblo celebra este día en la plaza principal, con un vasito de anís o ronmiel en una mano, y en la otra un cono de papel para intentar coger un puñado de castañas asadas. La «finada» está amenizada con parrandas, rondallas y otros grupos musicales.

También los niños y niñas visitan las casas recogiendo deliciosos aguinaldos y para la celebración familiar, se hacían platos más elaborados como el queso de almendras y el de higos, el frangollo, piñones, o el Pan de Finaos, buñuelos, pan de huevo, botadas, empanadas o guaguas de pan.


Portugal, tierra hermana


Finalmente, el magusto es el nombre que la celebración recibe en la tierra hermana de Portugal. La gente se hace bromas en torno a la hoguera, se tiznan con las cenizas y cantan canciones. 

Leite de Vasconcelos consideraba al magusto como el vestigio de un antiguo sacrificio en honor de los muertos y refiere que en Barqueiros era tradición preparar, a media noche, una mesa con castañas para que los muertos de la familia fuesen a comer. De hecho, nadie más tocaba las castañas porque se decía que estaban «babadas de los difuntos».

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